En el centro de una buena estrategia de marketing digital se encuentra el posicionamiento SEO, es decir, qué lugar ocupa una marca en Google y otros buscadores. SEO son las siglas de Search Engine Optimization y, como su nombre indica, consiste en la optimización de los motores de búsqueda para aumentar el tráfico de usuarios en las páginas web de las marcas y las empresas.
El SEO se ha convertido en un elemento clave para llegar a los consumidores. De hecho, con el uso disparatado de los smartphones (hay que reconocer que no nos despegamos de ellos durante las 24 horas del día), el SEO es todavía más crucial. ¿Y esto por qué? Pues porque con los móviles podemos buscar cualquier cosa en el momento exacto en el que lo vamos a consumir. Por ejemplo, estamos en pleno centro de Málaga, nos pica el gusanillo del hambre y no sabemos dónde ir a comer, pues buscamos en Google algún restaurante cercano. ¡Así que por eso es indispensable estar en los primeros puestos!
Sin embargo, conseguir un buen SEO requiere muchísimo trabajo (y cada día más) porque Google no para de poner las cosas más y más difíciles. Los cambios que hace en las reglas del juego y los ajustes que realiza casi a diario en sus algoritmos de búsqueda, hace que los expertos en SEO tengan mucho más trabajo en la actualidad que hace algunos años. Google lo reconoce abiertamente: “Nuestros algoritmos de búsqueda son ecuaciones matemáticas complejas que se basan en cientos de variables y solo el año pasado hicimos más de 3.200 cambios en nuestro sistema”. ¿Quién dijo que dedicarse al SEO estaba chupao’?
Para todos aquellos que trabajan en marketing digital, la búsqueda del SEO perfecto se ha convertido en su gran lucha. La clave del SEO no solo está en mejorar el contenido y el desarrollo de una web (eso se da por sentado), sino también hay que currarse la presencia de la marca en diversos lugares de Internet para generar links externos de calidad. ¿Y qué podemos hacer exactamente llegados a este punto?
Necesitamos tener presencia en redes sociales, Instagram y Facebook son elementales, pero no debemos limitarnos solo a estas. Participar en plataformas como LinkedIn Pulse, Menéame o Digg puede ser de gran ayuda para generar links. Gracias a ellas el contenido que llega a los usuarios va dirigido en torno a sus intereses, por lo que aumentan las posibilidades de que accedan a la web.
Buscar colaboraciones también es una buena idea para mejorar nuestra presencia digital y la de la otra persona. ¡Ambos salís ganando! Por ejemplo, puedes contribuir en la redacción de newsletters que enlacen con artículos o servicios de tu web u ofrecer tu participación en un podcast para llegar a la audiencia de dicho programa.
Y, en último lugar pero no menos importante, hay que exigir reconocimiento. Esto es de entrada un fastidio, pero debemos comprobar que todos aquellos links y fotos que hayan sido tomados de nuestra web estén enlazados con la misma. Así que si encuentras una página que menciona tu web o tu marca, solicita que enlacen dicha mención. Tan solo este pequeño gesto de cortesía mejorará el tráfico de usuarios hacia tu web.