Imagen de marca e identidad corporativa: coherencia y constancia

31.01.2019

Crear una identidad corporativa partiendo de un lienzo en blanco es tarea difícil, pero más se complica todavía si queremos que sea un éxito y la envidia de todas las demás.

Como bien sabemos, ofrecer un producto o servicio de calidad, estupendo y maravilloso es muy importante, pero no llegará muy lejos si carece de identidad, digamos que no tiene una buena cara de presentación para los posibles consumidores.

Bueno, pues vamos a ponernos las pilas. El primer paso es pensar qué nos distingue de nuestros competidores, es decir, qué ventaja competitiva tengo yo que no tienen los demás y proyectarla en mi marca. Antes de realizar la parte visual de la marca es importante definir nuestros valores clave, analizar, escoger colores, tipografías, formas, etc. Y después de interminables horas de trabajo, lo hemos conseguido, tenemos el logotipo e isotipo (opcional) perfectos. ¿Crees que ya lo tienes todo? ¡De eso nada!

Tu marca debe contar una historia y mantener una coherencia en todos los niveles para desarrollar una imagen de marca e identidad corporativa completa. Vamos a ver cómo podemos hacer esto medianamente bien.

1. Papelería corporativa. Todo lo que vayas a necesitar, tarjetas de visita, papel de carta, sobres, sellos, blocs, etc, no pueden quedar al azar. Todos estos elementos deben mantener una identidad corporativa viva, partiendo de la marca.

2. Otras aplicaciones. Al igual que ocurre con la papelería, las camisetas, las gorras, los uniformes, las tazas, o cualquier otra cosa que necesite tu empresa deberá estar en consonancia con la identidad corporativa.

3. Página web. Cuanto más apliques tu identidad corporativa en ella, más reconocible será para tus potenciales clientes. Cuida la experiencia de usuario (UX) para que la visita a tu web sea agradable, facilita el contacto, no pierdas de vista la usabilidad y, por supuesto, pásate al responsive.

4. Presencia social. Hoy en día es importantísimo estar presente en las principales redes sociales, y no olvides aplicar aquí también tu identidad corporativa. ¡Ojo! No se trata solo de incorporar los elementos gráficos y tener una estética cuidada, también es imprescindible cuidar el tono de la comunicación, es decir, la forma en la que hayas decidido relacionarte con tus consumidores.

5. Interactuar: La magia de las redes sociales es que te permiten conectar e interactuar con tu audiencia. ¡No lo desperdicies! Puedes realizar concursos de fotografía en Instagram, sorteos a través de Facebook, crear tableros grupales en Pinterest, hacer transmisiones en vivo para responder preguntas o dudas, etc. Esta cercanía conseguirá “humanizar” la marca, haciéndola más accesible y amigable.

6. Sé consistente: De nada sirve todo lo anterior si no lo mantienes. Así que hagas lo que hagas y vayas a donde vayas, lleva siempre contigo tu identidad corporativa y tono de comunicación. ¡Eso es tener personalidad de marca!

¿Te ha gustado?